Los terrores nocturnos infantiles son episodios recurrentes de despertares bruscos, que se producen generalmente durante el primer tercio del episodio de sueño mayor y que se inician con un grito de angustia.
Al despertar aparece miedo y signos de activación intenso, por ejemplo, llanto, resultando muy complicado tranquilizarle. Generalmente no recuerda el contenido del sueño. Se inician entre los 4 y 12 años.